El cuento de los tres cerebros, por Rebeca Martín

¿Quieres saber cómo aprendemos? ¿Qué pasa dentro de nuestro cerebro cuando algo despierta nuestra curiosidad? ¿Qué importancia tienen las emociones en ese proceso? Hoy te lo contamos desde Salamanca Rtv Al Día con “El cuento de los tres cerebros”, escrito por Rebeca Martín e incluido en las formaciones que realizamos sobre neurociencia, lectura y creatividad como “Neuronas lectoras” en colaboración con la Universidad de Salamanca y “El cerebro lector” en colaboración con la Junta de Castilla y León, ¡aquí va!

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Había una vez una cabeza y dentro de esa cabeza habitaban tres cerebros. Se llaman Cerebro Racional o Neocórtex; Cerebro Límbico o Emocional; y Cerebro Reptiliano o Animal. Los tres eran bien distintos pero se complementaban muy bien. Por ejemplo, Neocórtex era el más tranquilo y reflexivo de los tres. Límbico era más emocional y Reptiliano… Pues era el más irreflexivo e impetuoso.

Cuando alguien llamaba a su casa, y llamaban un montón de veces al día, pues si les apetecía abrían la puerta de la Atención. Era la puerta de su casa y entre los tres le habían puesto nombre: Atención.

El que abría la puerta era siempre Límbico y al observar al que llamaba decidía si le dejaba pasar y le invitaba a tomar algo con Neocórtex o si no se fiaba de él y entonces llamaba corriendo a Reptiliano para que lo sacara de allí.

Si llamaba a Reptiliano era porque el desconocido no le gustaba, le parecía peligroso o amenazante. Pero si le dejaba pasar hasta el salón para tomar un café con Neocórtex entonces es que le resultaba interesante y Curioso, que quería saber más de él y pasar un rato juntos. Así echaban las horas a veces con desconocidos interesantes y otra veces con viejos conocidos que venían a contarles novedades.

Eso si, Límbico tenía que estar de buen humor para abrir la puerta porque si no… Si estaba muy cansado ni se levantaba a abrir, así que la puerta de la Atención permanecía cerrada. Si estaba malhumorado no abría porque no quería y si estaba muy triste o estresado lo mismo. Así que era muy importante que Límbico se encontrara bien para que la puerta de la Atención se abriese y tuvieran visitas.

Rebeca Martín García