A esta definición hay que añadir otra característica importante sobre los refranes, y es que la mayoría de ellos se han transmitido de generación en generación a través del lenguaje oral porque… cuántas veces hemos escuchado a nuestros padres, abuelos, bisabuelos, a la vecina del pueblo refraNes como: “A buen entendedor, pocas palabras bastan”; “Éramos pocos y parió la abuela”; “No hay mal que por bien no venga”; “Perro ladrador, poco mordedor”; “Más vale pájaro en mano, que ciento volando”; “El que tiene padrino se bautiza”, etc. Y no es de extrañar ya que se considera que uno de los refraneros más ricos y amplios del mundo es el español con más de 100.000 refranes diferentes. Una auténtica maravilla que demuestra el valor y la importancia de la tradición oral en nuestro idioma.
Hoy queremos compartir dos tipos de refraneros. Por un lado Refranero español. Una obra realizada en 2001 por Berta Pallares y María Josefa Canellada, en el que no sólo presentan tres mil refranes –lo más populares y utilizados-, sino que están clasificados por temas y muestran el origen y el significado de los mismos. Un patrón ejemplar del refranero español.
Refranero español. María Josefa Canalleda y Berta Pallares. Castalia, 2001
Pero, ¿qué ocurre con los anti-refranes?. El libro, No juzgues a un libro por su cubierta, ilustrado y diseñado por Alejandro Magallanes (ilustrador y diseñador gráfico mexicano), presenta otra mirada del refranero español.
No juzgues a un libro por su cubierta. Alejandro Magallanes. Océano Travesía, 2009
A través de páginas troqueladas para jugar con refranes hechos para todas las ocasiones, y opuestos entre sí, el autor estructura el contenido en parejas y las acompaña de ilustraciones y tipografías de lo más variado: Al que madruga Dios lo ayuda / No por mucho madrugar amanece más temprano; El que la hace la paga / Pagan justos por pecadores; Más sabe el diablo por viejo que por diablo /No todos los viejos son sabios, ni todos los sabios son viejos.
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Feliz domingo 🙂