¡Mi bebé lee!

Dice Gustavo Martín Garzo, escritor y pedagogo, que “conviene empezar a leer cuanto antes, a ser posible en la habitación misma de la maternidad, ya que es aconsejable que el futuro lector esté desde que nace rodeado de palabras”. Nadie duda ya de la importancia de promover la lectura con bebés desde incluso antes que sepan leer, ayudándoles a través del afecto a entender arrullos y nanas; disfrutar de caricias y cosquillas; sorprenderse con imágenes e ilustraciones, y explorar las posibilidades de comunicación de sonidos, poemas, gestos…

Ilustración de Baby Brains (Simon James).
Ilustración de Baby Brains (Simon James).

Entonces la pregunta ya no es si un bebé puede leer antes de leer, sino ¿qué tipo de lecturas es recomendable escoger para compartir en los primeros años de vida de un bebé?

  1. Las rimas, arrullos, retahílas, son perfectas para los bebés, ya que son cortas y rítmicas.También son sencillas para los padres puedan memorizarlas y compartir en el acto.En esos momentos en que te das cuenta de que sería un momento perfecto para leer, pero no tienes un libro, escoge simplemente cantar algunas de sus retahílas favoritas.
  2. Los poemas son otra gran opción para los bebés por la rima y el ritmo. Es posible encontrar breves poesías sobre temas relacionados con la rutina de los más pequeños, convirtiendo momentos como el baño, la hora de dormir o la comida en estructuras repetitivas que el bebé pronto solicita.
  3. Las historias ilustradas y rimadas suponen un estímulo doble para los más pequeñas: por una parte, el visual y por otra prestar atención a la cadencia del texto. Los bebés aprenden por repetición, por lo que los libros con un estribillo repetido o una lista acumulativa de los personajes son excelentes opciones.
  4. Los imaginarios o libros de imágenes permiten a los bebés sorprenderse y reconocer objetos o imágenes. También disfrutan de la lectura sin texto ya que, si es compartida, le permite señalar detalles que le llamen la atención de las ilustraciones y recibir a cambio un texto inventado, o una historia reconocible.
  5. Y también son una buena opción los libros que se convierten en canción o viceversa. Las canciones son un excelente recurso para comunicarse con el bebé así que ¿por qué no cantar una historia? Se pueden escoger ritmos sencillos o incluso introducir instrumentos para sorprender y llamar la atención de los más pequeños.

Para terminar, no olvides que estas sugerencias permiten explorar las posibilidades de comunicación entre bebés y adultos a través de la lectura, en todos los formatos y momentos disponibles del día, pero siempre partiendo de la afectividad.