Hoy hemos disfrutado de la tercera y última sesión de nuestra ESCUELA DE CUENTOS en La Casa Encendida y no podemos estar más agradecidas y contentas, porque hemos compartido tres mañanas maravillosamente curiosas con un grupo de veinte LECTORES en mayúsculas a los que no vamos a olvidar fácilmente.
Primero porque juntos hemos podido CONTAR un montón de historias fascinantes y sorprendentes. Un día llenas de monstruos y brujas, otro día rebosantes de primavera y el último, esta misma mañana, de curiosos círculos, cuadrados y triángulos.
Segundo, porque juntos también nos hemos animado a CREAR nuestras propias versiones, con sencillos materiales como papel o cartulina pero con mucha imaginación, de manera que todos se han convertido en escritores, editores y libreros. Sus creaciones nos han sorprendido por la capacidad de imaginar y de hacer suyas las historias. Son brillantes.
Y tercero porque COMPARTIR es lo más bonito de este trabajo. En estas tres mañanas hemos compartido emociones, inquietudes por el futuro, bailes, desayunos, presentaciones de libros, los trabajos de nuestros padres, la hora a la que nos hemos levantado, lo que vamos a hacer en vacaciones, lo mucho que nos gusta leer y lo curiosos que somos. De hecho, no podemos dejar de compartir también nosotras este bonito correo que nos acaba de llegar, firmado por una de las pequeñas lectoras – de ocho años-, con todo el cariño y la emoción del mundo.
(Son ocho años, pero ocho años llenos de ilusión y de curiosidad)
Así nos vamos de vacaciones, con una ENORME sonrisa, ¡y muy felices!