Lo estamos haciendo bien. Todos hemos entendido que la misión para poder frenar el coronavirus, ese peligroso enemigo que anda suelto por la calle, es quedarnos en casa, y cuando él no encuentre a nadie más a quién contagiar, entonces nos dejará tranquilos y volveremos a correr, a saltar en los charcos, a abrazarnos. Mientras tanto tenemos que tener paciencia y luchar contra él desde casa, y de paso vigilar que no se nos metan allí también unos virus más pequeñitos que acompañan al grande y que tampoco son nada buenos. Se llaman Miedo, Egoísmo, Ignorancia e Individualismo.
Ilustración de Antonio diu
Miedo es de tamaño variable: a ratos grande y a ratos pequeño, pero puede ocupar mucho una vez que le abres la puerta. Es importante combatirle con tranquilidad y con precaución, pero si dejas que entre tendrás que dialogar con él para que te explique cómo se encuentra, qué necesita y así con palabras suele hacerse más pequeño hasta que acaba marchándose.
Egoísmo se reconoce muy bien porque es muy grande, aunque se camufla muy bien entre los rollos de papel higiénico y los despidos injustificados. ¡Cuidado! No le gusta nada quedarse en casa. Es más bien de exterior. La recomendación, si le identificas cerca, es alejarte de él porque la soledad suele hacerlo reaccionar.
Sigue leyendo en https://salamancartvaldia.es/not/235515/los-otros-virus-peligrosos/