Hace un par de años, aproximadamente, llegó a nuestras manos uno de los libros de la escritora española Irene Vallejo Moreu: El pasado que te espera de Anorak Ediciones. Un libro que recopila los artículos de la autora (desde 2009) para el periódico Heraldo de Aragón sobre la vigencia de la cultura clásica mezclada con temas de actualidad. Recomendamos encarecidamente leer su columna semanal (lunes) en el Heraldo de Aragón.
Irene Vallejo ha publicado diferentes novelas: La luz sepultada (2011); El inventor de viajes (2014); La leyenda de las mareas mansas y El silbido del arquero (2015); Alguien habló de nosotros (2017) y, en este momento El infinito en un junco (2019, 1ª edición y en el 2020, 7ª edición) Obra de la cual queremos hablar y compartir:
El infinito en un junco
Siruela, 2019
“Leer es siempre un traslado, un viaje, un irse para encontrarse. Leer, aun siendo un acto comúnmente sedentario, nos vuelve a nuestra condición de nómadas”.
Antonio Basanta, Leer contra la nada.
Son infinitas las cosas que os podíamos contar de este libro. El infinito en un junco es un viaje por la vida del libro, su historia y de quienes lo han protegido durante casi treinta siglos.
Un ensayo donde el lector rápidamente se adentrará en un viaje por el tiempo y donde Irene Vallejo te lleva a realizar diferentes paradas mezclado el mundo antiguo con el mundo contemporáneo -desde Alejandría, pasando por Grecia, Roma y la Edad Media hasta la actualidad- para contar la invención que lo cambió todo: el libro y sus formas, el nacimiento de la escritura, los alfabetos, el origen de la oratorio, las bibliotecas, las librerías…
De forma sencilla, clara, divertida, asombrosa y muy curiosa la autora te invita a pensar en este invento frágil pero también fuerte y tenaz, que ha superado la prueba del tiempo siendo perseguido, censurado, con intentos de destrucción… pero que sigue aquí. Como escribe Irene Vallejo en el prólogo tomando las palabras de Umberto Eco respecto al objeto libro: “Pertenece a la misma categoría que la cuchara, el martillo, la rueda o las tijeras. Una vez inventados, no se puede hacer nada mejor”. Y estamos completamente de acuerdo.
No os entretenemos más. Simplemente recomendar su lectura. No dejéis de pensar que el junco del Nilo fue la materia prima de los primeros libros, ésos que extenderían el pensamiento al infinito. ¡Qué belleza!