A nosotras, seguidoras de la cultura popular y ambas con raíces rurales, nos encanta sentarnos de vez en cuando a observar, con distancia, todo lo que nos ha ido pasando en estos CASI DIEZ años , tanto las cosas buenas como las menos buenas. Es como tomarse un sol y sombra, ese chupito tan característico y tan castizo que mezcla dos licores de distinto tono o densidad, normalmente anís y brandy, evocando con ellos también diferentes sensaciones.
En la historia de Unpuntocurioso ha habido mucho sol pero también alguna sombras. La mezcla de las dos, sin negarlas, es la que crea algo distinto, fresco, con un sabor desconocido. Lo malo hace más bueno lo bueno así que no hay que olvidarlo.
Son sombras pequeñitas que siempre nos han acompañado, no sabemos exactamente si es por la sonrisa permanente, por ser jóvenes, por ser demasiado educadas o por qué. Son las que en un encuentro con bibliotecarios en el que participábamos como ponentes nos llevaron a la fila del fondo porque faltaban sillas (seguro que estas chicas no les importa); o las que nos quitaron de las manos un detalle que la organización de otro evento regalaba a los que habían intervenido porque se había extraviado el detalle que iba dirigido a otro ponente más importante; las mismas sombras que no mencionan nuestro nombre ni la marca cuando aparecemos en prensa escrita porque, total, la gente ya os conoce y no es lo más importante quién realiza la actividad, sino que se vea que había gente; las que nos pidieron un proyecto para celebrar un evento grande y se olvidaron de contarnos que si, que lo aceptaban pero que lo harían otras personas por menos dinero y, evidentemente, con el mismo proyecto.
Por cada una de esas sombras, nos tomamos un chupito de sol. ¿Y qué es eso? Pues una sonrisa de un bebé en una sesión de cuentos; una llamada de una institución que conoce tu trabajo y quiere que seas tú la responsable de su proyecto; una opinión de cinco estrellas en Facebook; un correo electrónico de agradecimiento; un aplauso al terminar una sesión de formación en un colegio; un abrazo de un pequeño o gran lector.
Y así día tras día, con su sol y con su sombre, compartimos la ilusión por seguir creciendo gracias al rigor, a la seriedad , a la constancia y a la profesionalidad que, a pesar de ser jóvenes y siempre sonrientes, nunca nos ha faltado.
Tomaos un chupito a nuestra salud, curios@s.