Los cuentos no tienen edad

A veces se acerca alguien a preguntarnos cuándo empezar a leer con su bebé, y siempre le respondemos que nunca es demasiado pronto. Imágenes, canciones, poemas, le van a ayudar a descubrir el mundo y a disfrutar al compartirlo.

Otros veces es un adulto o anciano el que llega y dice “a mí me encantaba escuchar cuentos de pequeño” y también le contestamos que los cuentos no tienen edad, que la necesidad de escuchar historias dura toda la vida y deberíamos siempre regalarnos el tiempo para disfrutarlas.

Es cierto que hay cuentos que se identifican con niños más pequeños, otros que implican conocer temáticas más complejas o haber experimentado situaciones vitales para entenderlos. Pero eso es otro asunto complementario y lo que está claro es que el ser humano está hecho de historias y no debería de perderlas nunca. Ni su capacidad para escucharlas, para descubrirlas, para inventarlas o para contarlas.

Por eso fue muy emocionante compartir con un grupo de adultos el viernes pasado una sesión muy especial en la biblioteca del parque. En ella los asistentes pudieron descubrir la Historia del Campo de San Francisco pero también acompañar al primer hombre que paseó por el mundo gracias a“Cuando el mundo era joven todavía” de Jürb Schubiger en Editorial Anaya; reírse con el cuento de “La Media Naranja “de Elena Ferrándiz en Thule Ediciones; o ver crecer los áboles en“El bosque del Perezoso” de Anouck Boisrobert y Louis Rigaud en Hipótesi. (Podéis acceder a la versión en video de etas historias haciendo clic sobre el títulode cada una)

Fue una sesión para recordar que nos encantaría volver a repetir, sin olvidar que todo esto es posible gracias al apoyo de Fundación Ciudad de Saberes de Salamanca y de todos los seres curiosos que, mañana tras mañana, se acercan a disfrutar de la lectura “al aire libro” en la biblioteca del parque y nos recuerdan que leer nos une, nos relaja, nos divierte, nos permite comunicarnos, ¡nos emociona!

Artículo publicado en SalamancaRTvalDía