Esta semana hemos comenzado a desarrollar nuestro PUNTO DE CUENTO, un programa pionero de animación a la lectura y creatividad para familias con niñ@s de 6 meses a 3 años, de forma mensual en las bibliotecas municipales de nuestra ciudad, Salamanca.
Llenar la biblioteca de bebés significa también llenarla de padres, aprender a disfrutar juntos de todos los recursos que nos ofrecen estas mágicas casas de libros y entender el libro como vía de comunicación entre el pequeño y al adulto mucho antes de que sepan leer. Porque en nuestro programa PUNTO DE CUENTO leemos la imagen; la emoción que nos despierta una canción; el afecto que sentimos al disfrutar en el regazo de mamá o papá; leemos la tradición en forma de retahíla y la innovación a través de la pantalla; leemos sin necesidad de descifrar textos escritos porque la base que necesitamos para conseguirlo, más adelante, es disfrutar de esta manera con un libro entre las manos.
Las sesiones en cada biblioteca fueron iguales pero distintas a la vez. En la biblioteca de la Vega disfrutamos muchísimo en un ambiente tranquilo y cuidado; en la biblioteca de Trujillo estábamos de Carnaval; la sesión de la biblioteca de Gabriel y Galán es por la mañana y por eso acuden bebés mas pequeños ¡y algunos hasta se hicieron su primer carnet!; en la biblioteca Torrente Ballester había cola para entrar y mucha ilusión, además de participación de todas las familias; la biblioteca del barrio Vidal se llenó y algunos se sorprendieron mucho con nuestra forma de contar para bebés; y la última en la biblioteca de Vistahermosa nos permitió disfrutar en familia de todos los secretos de la luna. Que parece muchas, pero solo hay una.
Volveremos el mes que viene y mientras tanto seguiremos preparando juegos de dedos, sorpresas lectoras que lleguen a los pequeños y también a los mayores, para nos demos cuento dela importancia vital de estos primeros momentos compartidos y cómo nos van a ayudar a seguir creando lectores para un mundo que los necesita cada vez más. Y que tienen su casa en la biblioteca, como no podía ser de otra manera.
Gracias, bebés.
Rebeca Martín