Decía Ramón Gómez de la Serna “el reloj no existe en las horas felices” y ayer las agujas no avanzaban en la sesión de cuentos de la librería Letras Corsarias. Las historias de salieron a la calle, a la plaza de San Boal, para poder disfrutar y hacer disfrutar a todos los corsarios con las medidas y la distancia de seguridad pertinente. Y lo hicieron, vaya si lo hicieron.
Fue una sesión sin prisa, con un reloj sin agujas pero lleno de imaginación que nos enseñó a no ir deprisa porque ahora no nos hace ninguna falta. Ahora tenemos que aprender de nuevo a disfrutar cada pequeño y curioso momento. Y mejor si lo hacemos entre cuentos, en la calle, y cerca muy cerca siempre de la gente que apuesta por la cultura ♥️