Hoy os invitamos a redescubrir la literatura infantil. Para hacerlo tenéis que poneros unas gafas especiales, que no son de pasta ni de sol, no, son gafas de niño, y una vez que te las pones el mundo tiene más o al menos distintos colores, los animales hablan y llevan corbatas y zapatos de tacón mientras los barcos llegan a islas que no existen y en los jardines hasta las flores tienen sentimientos.
Nosotras nos ponemos las gafas de niño y no solo porque queramos que ellos toquen, busquen, cojan, compren libros y que lean. Con los cuentos y las gafas puestas invitamos a todos, pequeños y mayores, a fijarse en lo que les rodea e imaginar, soñar con la historia de esa hoja que acaba de caerse del árbol o con lo que piensa la farola; sentirse como un chicle viajero o como un oso que ha perdido su sombrero.
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