Hoy hemos realizado las dos últimas sesiones del programa “Lecturas de Ida y Vuelta” por la provincia de Zamora. La propuesta que consistía en dinamizar las lecturas del Bibliobús con un punto de vista curioso, ha sido posible gracias a la Diputación de Zamora y al Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Nos ha permitido compartir un montón de días de cuento con más de seiscientos niños y profesores de veinte municipios zamoranos. Venialbo, Monfarracionos, Morales de Rey, Santa Cristina de la Polvorosa, Villarrín de Campo… Algunos ya los conocíamos y habíamos disfrutado compartiendo sesiones de animación a la lectura o de formación con anterioridad, en otros nos hemos sorprendido al descubrir muchos nuevos amigos que también confían en los libros como una vía de comunicación imprescindible entre pequeños y mayores.
Queremos agradecer a Jesús su confianza en nuestro trabajo y a la Diputación de Zamora y al Instituto Castellano y Leonés de la Lengua su apuesta por proyectos tan necesarios como este, especialmente en municipios a los que no es tan fácil que lleguen por la lejanía o por la falta de medios. A todos los profesores su emoción, sus sonrisas y su participación en las sesiones, tan involucrados como los alumn@s. Y a todos ellos, sin excepción, un GRACIAS enorme por sus miradas llenas de curiosidad, por su amor por las historias y su respeto por las palabras. Nunca, nunca lo perdáis.
Han sido jornadas muy intensas en las que las historias nos han permitido conectar de forma especial con pequeños y mayores. Y también días que nos han ayudado a tener historias nuevas que contar sobre carreteras estrechas por las que disfrutar de los campos de amapolas; pequeños bares de pueblo con unos pinchos de tortilla que podrían estar entre los mejores de la provincia; dos ayudantes, Miguel y Andrés, que nos han llevado al destino los días que estábamos tan cansadas que sin su ayuda no habríamos podido llegar al destino con una sonrisa.
Historias nuevas que siempre hablan de PERSONAS, ya sean profesores, camareros, bibliotecarios, padres o panaderos. Que no se nos olvide nunca, como decía Eduardo Galeano, “que somos las palabras que cuentan lo que somos”.
¡GRACIAS!