Todos los verano recopilamos un montón de anécdotas para contar, crear y compartir con vosotros. Surgen de la observación de las familias, del tiempo que pasamos a su lado y así podemos ver con qué libros disfrutan, qué idioma utilizan para contar los cuentos o sus habilidades ocultas a la hora de poner de manifiesto la creatividad. Nos encanta. Aqui van algunas de las que hemos ido descubriendo en estas semanas.
1. De momento dos de los libros más pedidos y buscados en la biblioteca al aire libro son “Si, somos raros” de Javier Olariaga en la editorial Sieteletras (con cuatro niños diferentes como protagonistas que nos ayudan a valorar y disfrutar las peculiaridades de cada uno. Un papá ha ejercido de cuentacuentos para cuatro niñas que pedían a voz en grito la historia de Ramón Chaparrón y Elena Melenas); y también “Cactus” de Yoko Kitami en FCE (un pequeño curioso lo leí todos los días y no llegué a contarle que fue el primer cuento que conté a un niño cuando empecé a trabar en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez).
2. Como este año no tenemos que respetar las distancias de seguridad que manteníamos escrupulosamente las dos ediciones anteriores, es bonito ver cómo los que vienen con hambre de cuento se colocan muy al principio y, aunque parezca que somos menos, somos muchos mas pero estamos más juntos, las sesiones son muy participativas y se crea la sensación de gran familia que tanto nos gusta.
3. Nos emocionamos mucho mucho cuando a las 11:30h aparece algún pequeño curiosos con un dibujo para nosotras y los padres nos cuentan que la tarde anterior se pusieron a hacerlo con cariño porque querían regalarnos algo. Cuando un niño te regalo un dibujo te está regalando a la vez su tiempo, su talento, su agradecimiento.
4. Hay gente que falla a última hora, y lo entendemos, claro que si, tenemos que entenderlo, pero no nos gusta dejar ninguna plaza libre si hay alguien fuera deseando escuchar cuentos o acaba de descubrir que en el parque hay una biblioteca oculta en la que se puede contar, crear y compartir. Por eso algunas familias esperan pacientemente hasta última hora ( a las 12 menos 5) para conseguir ocupar el hueco de otra que cambió de planes, ¡y así todos contentos!
5. Nos gustan mucho los abuelos. Y de vez en cuando nos echamos unos parlaos magníficos con ellos. Hablamos del Diccionario de las Hablas de Salamanca, de cómo estaba el Parque de San Francisco antes, del cambio climático, de los pueblos, hablamos de todo y de nada tanto con ellos como con sus nietos. Somos muy muy fan de los abuelos.
6. Cuando los niños crean con sus propias manos, se produce un vínculo muy especial entre las historias que han escuchado antes y sus propias vivencia, e intentan transmitir esa mezcla a través de su creatividad. Os ponemos un ejemplo: el otro día en la sesión de Trabajosos en la que los osos de los cuentos se ponían a trabajar y se convertían en astronautas, periodistas, bailarines, maestros… El oso que más crearon los pequeños fue el Oso Bombero. Tienen una capacidad increíble de gestionar la realidad a través de los cuentos.