Hace 8 años llovía también en Salamanca y se celebraba el Día del Libro bajo los soportales de la Plaza Mayor con un ambiente bastante frío. Debajo de uno de los arcos, dos locas de la vida, sin el permiso del Ayuntamiento, con una cuerda de tender que sujetaba una familia amiga por turnos y en ella diez gallinas de colores, además de un gato con zapatillas y de la luna, contaban cuentos a todo el que quisiera dedicarle unos minutos a escucharlos. Se nos quedó una sonrisa tonta al terminar, viendo lo bonito que era “hacer” cosas y cómo las disfrutaba la gente. Habíamos comenzado a despertar su curiosidad. Y desde entonces, no hemos parado de hacerlo.
Si estuviste ese día, seguro que lo recuerdas. A nosotras no se nos olvida 🙂