BIBLIOTECA: espacio de lectura vivo de

La palabra biblioteca proviene del latín bibliothēca, que a su vez deriva del griego bibliothēke, la cual está compuesta por ‘biblíon’, ‘libro’ y ‘théke’, ‘armario, caja’; es decir, se refería al lugar donde se guardaban los libros. A lo largo de la Historia está definición ha ido acotándose y cambiando de sentido,  convirtiéndose por momentos en una institución, en una colección, en un lugar… ¿por qué no recuperamos su origen y llamamos bibliotecas a los espacios vivos de lectura?

Pueden estar en un museo o en el salón de una casa. A algunas se entra haciendo clic con el ratón del ordenador, y otras te sorprenden en el rincón de un aula. Las hay grandes y pequeñas, llenas de libros o llenas de ideas, decoradas y mas austeras, pero lo importante es que haya historias y vida en ellas. Entonces, ¿qué hay que hacer para conseguir una biblioteca viva?

· Juntos, mucho mejor: trabajar directamente con los usuarios y con la red municipal, estableciendo sinergias para compartir recursos y propuestas.

· Planificar antes de actuar: tener en cuenta las necesidades del público y la organización y recursos reales antes de “soñar”.

· Buscar más calidad que cantidad: en el fondo hay que priorizar la calidad, complementando los recursos físicos con recursos en línea u otras posibilidades.

· Ser muy activos: programar actividades útiles y dinamizarlas, fomentando la creatividad, la inclusión social y el intercambio cultural.

· Es una buena inversión: ser consciente de que  se necesita tiempo y presupuesto, pero invertir en lectura es una inversión de presente y de futuro que merece la pena.

· Todos lo tienen que saber: difundir es clave en la actualidad. Comunicaciones sencillas, claras y espontaneas para llegar a los usuarios.

· Conectar: tener o buscar la formación adecuada para contagiar a otros el mismo amor por la lectura que uno siente. Si no,  no tiene sentido.

Podéis seguir descubriendo cómo crear espacios de lectura vivos en el artículo “ De la A a la Z: algunos consejos para nuestras bibliotecas” que Felicidad Campal, bibliotecaria en la BPE de Salamanca, ha publicado en la revista online Desiderata, disponible para su consulta en este enlace.